Esta deformación de la que hablamos ocupará la zona dedicada al aprendizaje cognitivo y al conocimiento.
En algún que otro caso podemos encontrarnos líquido cefalorraquídeo acumulado dentro de los ventrículos de la vena.
Cabe destacar que los síntomas puede desarrollarse de forma repentina o pasar totalmente desapercibidos.
Respecto a las causas que lo ocasionan, debemos aclarar que tiene lugar durante el desarrollo del cerebro, con anterioridad al nacimiento, y no se tiene constancia exacta de por qué el cerebro no se desarrolla de forma correcta, pero en los últimos años se ha tenido constancia de que un gen parece ser el causante de varios de los casos de este síndrome.
Hay que tener en cuenta que esta patología puede ser heredada, por lo tanto si los padres lo tienen, aumentarán las posibilidades de que su descendencia la adquiera. Después también hay que tener en cuenta tanto la ausencia de corpus callosum que es el encargado de conectar los dos hemisferios cerebrales y luego las malformaciones en el rostro, miembros, corazón,...
Centrándonos en los síntomas que caracterizan a este síndrome encontramos:
- Desarrollo dañado del habla y lenguaje normal.
- Desarrollo motriz lento.
- Irritabilidad.
- Vómitos.
- Convulsiones.
- Inestabilidad.
- Falta de coordinación de tipo muscular.
- Movimientos de sacudidas oculares.
- Circunferencia incrementada de la cabeza.
- Pliegues en la parte posterior del cráneo.
- Problemas con los nervios que afectan al rostro, ojos y cuello.
- Respiración anormal.
El diagnóstico vendrá dado debido a la mayor o menos presencia de estos síntomas, y es posible que se realice también una tomografía computarizada.
No habrá un tratamiento específico, sino que será individualizado y se centrará en solucionar o mejorar los problemas causados por esta patología.
Fuente: http://www.med.nyu.edu/content?ChunkIID=247784
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