Buenos días! Hoy vamos a hablar de la CISTITIS INTERSTICIAL.
Se trata de una enfermedad crónica que se caracteriza por la sensación de dolor, presión o ardor en la zona pélvica, concretamente en la vejiga, por ello también es conocida como el síndrome de la vejiga dolorosa.
La causa principal tiene un origen desconocido pero en las personas que tienen cistitis intersticial ocurre algo característico y es que las señales que son enviadas al cerebro desde la vejiga cuando ésta está llena se envían con más frecuencia e incluso cuando todavía queda espacio de llenado.
Pueden padecerla tanto hombres como mujeres, siendo más propensas ellas.
Los síntomas incluyen presión y molestias en la vejiga, sensación de ganas de orinar con mucha frecuencia, ardor en la zona pélvica y dolor durante las relaciones sexuales. Estos síntomas pueden confundir la cistitis intersticial con otras afecciones con las que está relacionada como las infecciones en la vejiga o sexuales.
Algunas de las pruebas que se realizan para el diagnóstico de esta enfermedad son la citoscopia, los análisis de orina, biopsias y ecografía. Una vez diagnosticada el tratamiento se basará en cambios de hábitos alimentarios como evitar los quesos curados, alcohol, cebollas, té o yogur, entre otros, y medidas farmacológicas como el pentosano polisulfato sódico.
Por último añadir que según unos datos proporcionados por la Asociación de Cistitis Intersticial alrededor de unos 12 millones de personas en Estados Unidos tienen esta enfermedad, siendo hasta 4 millones los afectados hombres y hasta 8 millones, mujeres.
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| Interstitial Cystitis Association |
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